Leo Messi, delantero del FC Barcelona, estaría valorando poner fin a su etapa barcelonista cuando venza su actual contrato, en junio de 2018. Se dice que el jugador argentino ya se lo pensó muy bien y aunque algunos crean que no paso nada con las demandas, la realidad es que ese es el motivo principal.
Y es que días antes de este incidente, el 6 de julio, la Audiencia de Barcelona condenó al delantero del Barça y a su padre, Jorge Horacio Messi, a 21 meses de prisión por fraude fiscal. A ambos se les declaró culpables de tres delitos contra la Hacienda Pública entre los años 2007 y 2009 y se les impuso, además, el pago de sendas multas: dos millones de euros al futbolista y 1,5 millones a su padre, por lo que señalan es uno de las cosas que ya cansó al sudamericano ya que se siente perseguido.
Hace cuatro meses, la «Pulga» rechazó la oferta que le realizó el presidente Josep María Bartomeu y esperará a que finalice el acuerdo para tomar una decisión sobre su futuro. El mandamás culé pidió que lo vuelve a pensar y hasta el momento no volvieron a reunirse.
La decisión del crack rosarino se dio mientras se encontraba de vacaciones con su familia en Ibiza. Una vez adoptada, habló «con su padre y con otra persona, a los que pidió que transmitieran sus intenciones a la dirigencia catalana.
La verdad es lo que debería de hacer, Messi es él en cualquier equipo y el Barcelona sin Messi no es nada. La realidad es que su nombre ha sido manchado por las demandas de fraude fiscal, debieron cuidarlo mas, y que su nombre quedará limpio por la eternidad, y eso ya no será así.