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Crucifixión de Jesús

La crucifixión de Jesús es un hecho narrado en los evangelios, que relata la muerte de Cristo en el Gólgota de acuerdo con la fe cristiana. Jesús, a quien los cristianos consideran el Hijo de Dios y el Mesías, según la tradición fue arrestado, juzgado por el Sanedrín de Jerusalén y sentenciado por el procurador Pilato a ser flagelado y, finalmente, crucificado. En conjunto estos acontecimientos son conocidos como «la pasión». El sufrimiento de Jesús y su muerte representan los aspectos centrales de la teología cristiana, incluyendo las doctrinas de la salvación y la expiación.

Los cristianos han entendido tradicionalmente la muerte de Jesús en la cruz como una muerte en sacrificio expiatorio. La mayoría de los cristianos proclaman este sacrificio a través del pan y el vino de la Eucaristía, como un recuerdo de la Última Cena, y muchos también conmemoran el evento el Viernes Santo de cada año.

Detalles de la crucifixión de Jesús

    Detalles de la crucifixión de Jesús

El juicio y muerte de Jesuscristo son narrados de formas que algunos autores consideran contradictorias debido a que los detalles mencionados en los Evangelios no solo no son coincidentes entre sí, sino porque además en ocasiones son opuestos. La tradición cristiana ha convertido estos detalles en una narración homogénea que se complementa creando un cuadro general denominado «la Pasión».

Según los evangelios, luego de hallarlo culpable de blasfemia por los judíos, Jesús fue entregado en manos de los romanos. A la mañana siguiente, pues los juicios romanos se hacían antes del mediodía, Jesús fue llevado ante Poncio Pilato, el Praefectus-Procurator romano de Jerusalén. El Evangelio de Lucas añade que Pilato envió a Jesús ante Herodes Antipas, tetrarca de Galilea, que se encontraba de visita en Jerusalén. Herodes lo mandó de nuevo a Pilato al no hallarlo culpable de nada. A pesar de lo anterior, la corona puesta sobre Jesús y el letrero del cargo indican que fue condenado a morir en la cruz bajo el cargo de sedición, al considerarse que se había proclamado rey, lo que significa la aplicación de la Lex Iulia Lesae Maiestatis promulgada por Tiberio César años antes.

Estaciones o caídas

    Estaciones o caídas

En los evangelios Jesús fue conducido hasta un lugar llamado Gólgota, que significa, en arameo, «lugar del cráneo«. El evangelio según Marcos dice que Jesús fue crucificado a la hora tercera (9 de la mañana), mientras que el evangelio de Juan dice que fue en la hora sexta (11 de la mañana a 12 del mediodía).

Los sinópicos dicen que fue crucificado entre dos salteadores o malhechores, uno a su izquierda y otro a su derecha. El relato de Juan solo dice que fue crucificado entre dos personas, sin especificar su delito, solo la tradición posterior dio nombre a estos hombres señalando que uno era ladrón y el otro asesino.

A diferencia del arte cristiano y de ciertas obras cinematográficas, el reo tan solo cargaba una viga pequeña sobre ambos hombros, a manera de yugo, llamada patíbullum, antenna o furca, la cual solía usarse de viga transversal. Una cruz clásica completa se estima que habría pesado alrededor de 100 kg, haciéndose imposible que un hombre debilitado por la tortura pudiera cargarla.

La concepción popular cristiana de Jesús cargando la cruz entera sobre uno de sus hombros se presenta bastante tarde en el arte cristiano. La representación más antigua conocida data del 430 d. C. La confusión deriva de que la palabra griega para cruz (stauros) se usaba en las fuentes clásicas para referirse indistintamente a cualquier parte constituyente de la misma, y no necesariamente a una cruz completa.

Inscripción del cargo

    Inscripción del cargo

Junto al reo a veces se colocaba un titulus (en griego: τίτλος, títlos) o inscripción del cargo, Los evangelios narran que sobre Cristo se colocó una inscripción semejante, pero solo el Evangelio de Juan declara que el títlos fuera escrito en tres idiomas, hebreo, griego y latín, a fin de ser leído por las multitudes de extranjeros que acudían a la Pascua.

El Evangelio según Juan dice que el letrero del cargo de Cristo decía «Jesús el Nazareno, el rey de los judíos«, en la versión más escueta de Marcos solo dice: «El rey de los judíos«, en Lucas «Este es el rey de los judíos» y en Mateo «Este es Jesús el rey de los judíos«, solo Juan menciona también la objeción de los principales sacerdotes, que pidieron que se cambiase la inscripción para «Éste dijo: Soy rey de los judíos«.

En el latín de la Vulgata la versión joánica del títlos es «Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum«, y de ahí viene la sigla INRI típica del arte cristiano de tradición latina; en la tradición griega la abreviación es ΙΝΒΙ, correspondiente al texto de Juan: ησοῦς ὁ Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν ουδαίων.

Expoliación y muerte

    Expoliación y muerte

Era común que los grupos de ejecución estuvieran compuestos por cuatro soldados y un centurión, y que estos pudieran reclamar los bienes de la víctima como parte de su salario (expollatio). En efecto, la Biblia narra que, tras crucificarlo, los soldados se repartieron sus vestiduras.

Según los Evangelios los romanos dieron de beber a Jesús vino con hiel. En tiempos de Jesucristo, los soldados romanos bebían un vino flojo, ácido o amargo, conocido en latín como «acetum (vinagre)», o, cuando estaba diluido con agua, «posca». Probablemente esta fue la bebida que se le ofreció a Jesús mientras estaba en la cruz. Según unos evangelios, él rehusó un vino agrio mezclado y drogado con mirra (o hiel) que se le presentó para aliviar su sufrimiento. Algunos piensan que este licor era preparado por las mujeres de Jerusalén para aliviar los dolores de las víctimas de crucifixión, y que los romanos aceptaban esto por condescendencia. Sin embargo, otros dicen que, poco antes de expirar, sí aceptó vino agrio puro de una esponja que le acercaron a la boca.

Hacia las tres de la tarde, Jesús exclamó: «Eloi, Eloi, lamá sabactani«, que en arameo significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?«. Sus últimas palabras antes de expirar fueron: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu«. O simplemente «Todo ha sido cumplido«, así las palabras finales de Jesús también difieren en los evangelios.

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