Kate del Castillo dio su versión del encuentro que tuvo con Joaquín Guzmán Loera, a quien conoció, en persona, en octubre pasado en Sinaloa, antes de que fuera recapturado en enero de este año.
La actriz no se queda callada y dice que no le tiene miedo, no ha hecho nada malo y que declarará en México cuando existan garantías para ella y dijo :
“Solo veo el comportamiento de las autoridades mexicanas, que violaron el debido proceso filtrando información, lo que afecta directamente a mi dignidad y atenta contra la presunción de inocencia, poniendo en peligro no solo mi vida, sino la libertad de expresión y el derecho a la información. Con su actuar, causan un daño irreparable a mi imagen”.
Esto es parte de lo que la edición de esta semana de la revista Proceso muestra, y cabe mencionar que aparecen dos textos de “puño y letra” de Kate, quien calificó la investigación en su contra como una “pantalla de humo para desviar la atención de los problemas reales de nuestro país”.
Del Castillo narra a detalle cómo a inicios del año pasado fue contactada por supuestos “productores” de cine, para una película “grande”. Tras un intercambio de correos, revelaron que en realidad eran los abogados de El Chapo, cuyo cliente -quien entonces estaba en prisión y aún no se había fugado- estaba interesado en que se hiciera un filme sobre su vida y quería que de eso se encargara la actriz a la que admiraba desde “La Reina del Sur” y por una carta pública difundida en 2012, donde ella llamaba al narco a “traficar con el bien”.
Kate acordó un encuentro con los abogados en Toluca, Estado de México, pues sí estaba interesada en realizar la película. Pensó en enviar escritores al penal del Altiplano para que Guzmán Loera contara su vida y con ello comenzar a elaborar el guión de la película.
Para esa reunión, viajó el mismo día desde Miami a Toluca, en un avión privado que rentó ella misma. Ocurrió lo mismo en el segundo viaje que hizo ya en octubre, cuando rentó una aeronave para que la llevara a ella, junto con Sean Penn y dos productores, de California hasta Sinaloa.
Del Castillo fue convencida de grabar la película pero algo salió mal: en julio de 2015 se fugó Joaquín Guzmán del penal del Altiplano. No podía creerlo y dice que se sintió decepcionada.
Sin embargo, meses después fue contactada nuevamente por los abogados del narcotraficante y le pidieron continuar con el proyecto, por lo cual se reunirían personalmente con él.
“Subimos al avión autofinanciado, me persigné y volamos al viaje más cabrón que jamás haya realizado, por lo menos despierta… Al aterrizar… nos encontramos con uno de los abogados del Sr. Guzmán, quien nos pidió que, como medida de seguridad y para que no supiéramos a dónde íbamos, dejáramos nuestros teléfonos y cualquier otro aparato… Fue dentro del automóvil que nos enteremos que quien manejaba era nada más ni nada menos que uno de los hijos de Joaquín Guzmán”
, expuso.
La actriz no menciona que hayan pasado por ningún retén militar, como aseguró Sean Penn en su texto publicado en enero en Rolling Stone. Previamente, en New Yorker, desmintió que tal escena haya ocurrido. En lo que sí coinciden es que el viaje fue largo y que llegaron con El Chapo a la hora de la cena.
Después de eso, regresó a Estados Unidos con Sean Penn y comenzó la verdadera pesadilla, según sus palabras.
“Sean preguntó al Sr. Guzmán si podía escribir un artículo para la revista Rolling Stone, lo cual me sorprendió totalmente. Yo no tenía conocimiento alguno de esto. También le preguntó si era posible tomarnos una foto para verificar nuestro encuentro, y él accedió”, refirió.
Sobre la filtración de los mensajes por chat que intercambió con Loera, Del Castillo comentó que las autoridades mexicanas se encargaron de
“sacar de contexto comunicaciones que tuvieron como fin realizar un proyecto eminentemente periodístico, para satanizar a la que menos ha tenido que ver con enaltecer el crimen organizado, sino que, por el contrario, trató de dar un poquito de luz a toda esta oscuridad”.
“No tengo miedo a la investigación, ya que no tengo nada que esconder”
“Mi intención fue siempre hacer una película. Nunca he recibido dinero del señor Guzmán ni para la realización del proyecto, ni para la empresa tequilera Honor del Castillo. Es por esto que mi declaración se realizará cuando mis defensores determinen que existen garantías legales para ir a rendirla a México”