Guadalajara pudo entrar a zona de liguilla porque la delantera sigue sin ser contundente y carece de puntería.
La definición sigue siendo un problema irónico para un equipo dirigido por quien fuera uno de los delanteros más efectivos en la Liga MX. Ese factor hizo que Chivas se conformará con el empate 1-1 contra Querétaro.
Alan Pulido y Camilo Sanvezzo pusieron cifras definitivas desde la vía penal a un polémico encuentro en casa del Rebaño.
Hay que mencionar que el arbitraje fue pésimo y es que Marco Antonio Ortiz se dedicó a dar un concierto de silbatazos: sancionó 19 faltas, 10 de los tapatíos, sacó cuatro amarillas con justificación, destacando la de Zaldívar por simular falta en el área queretana, al 20’.
En el segundo lapso anuló un gol de los locales por fuera de juego que señaló el asistente mundialista Hernández Paredes, al que le damos el beneficio de la duda. Pero Ortiz inventó falta de Romo sobre Pulido y después compensó por supuesta patada de Cervantes a Corral, para marcar tarde la pena máxima sin tener convicción